domingo, 10 de junio de 2007
El laico grial de Ciutadans
Apreciados todos:
Presidente Albert Rivera,
Secretario General Antonio Robles,
Secretario de Organización Miguel Salmerón,
Diputado José Domingo,
Miembros del Consejo Ejecutivo destituido por el CG, (decisión avalada por CdeG), que siguen aún en/al servicio.
Miembros del Consejo General que han mostrado la incapacidad de representar los derechos de sus representados de forma adecuada, sin haber sabido ejercer la autoridad que representan, y mostrando que no reúnen colectivamente las condiciones para cumplir la función que les fue encomendada.
Dilectos miembros del Comité de Garantías, atiborrados de denuncias y demandas, que no dirimen en los asuntos cuestionados desde una supuesta huelga de celo o una irresponsabilidad complaciente con el devenir de los acontecimientos.
Excelsos e incólumes miembros del Consejo de Internet, que contribuyen como pueden a censurar la libertad en los foros internos del partido, con baneos preventivos, con moderadores anónimos, con la inestimable ayuda de la administradora y el webmaster,
Coordinadores de federaciones, agrupaciones, sectoriales, y de actividades diversas, folclóricas y mercantiles.
Precursores intelectuales de Ciutadans, 14-4 = 10 a fecha actual. Vosotros mismos.
Excluyo explícitamente de esta relación y elenco, a una sola persona que ha participado en la creación de Ciutadans: mi admirado Albert Boadella (el único títere con cabeza). Sé que tiene otras razones más importantes que le impiden pasar a la acción como sería de esperar; pero anunciamos que solo ante él nos plegaremos, Ciudadano Ubú y los miembros de la corriente zanahoria.
Alguien tiene que decir lo que voy a manifestar a continuación: todos sois responsables de lo que ha ocurrido en nuestro partido, Ciutadans, de lo bueno, que fue al principio, y de lo malo, que es ahora. Os habéis cargado las reglas del juego democrático y justo.
Las causas y motivos de cada uno para haber participado en el desastre, son variadas, e inherentes a las circunstancias propias de los actores, del escenario y de la obra representada.
Las consecuencias son las que todos conocemos, un partido político destrozado que trata de regenerarse con adhesiones y adherencias, que llegan tarde y mal, y además no sirven para nada, salvo que se extirpe el cáncer de nimiedad y pragmatismo torpe que padecemos.
Los militantes de este partido, las bases, los afiliados, poca participación hemos tenido en la debacle, porque realmente nadie ha permitido que se reconociera públicamente la dirección errónea que tomaba el barco ciudadano hace meses, cuando se decidió restringir la expansión de Ciutadans, para crear la masa de poder próximo suficiente que permitiera seguir dominando el proyecto desde Cataluña, y por que no decirlo, para Cataluña.
La lucha prioritaria contra la opresión nacionalista nos ha vaciado de contenido, además de haber resultado absolutamente ineficaz e imperceptible en la sociedad.
Deslumbrados nuestros dirigentes y sus asesores áulicos ante la torre de la inmersión lingüística y la exclusión civil que se vive en Cataluña, no se han percatado de que los arietes necesitan ser empujados por alguien. No han caído en la cuenta de que el nacionalismo es únicamente otra de las caras de la opresión política que se vive en España.
Esa decisión se ha ejercido precisamente contra la del congreso constituyente de Bellaterra, que había votado la expansión del proyecto Ciutadans por todo el país; solo por eso, los responsables ya tendrían que haber dimitido hace tiempo, los activos y los pasivos, porque algún padre fundador tiene mucha responsabilidad en este desastre, por defender precisamente sus intereses personales, ante el silencio de los demás.
El pobre Ciudadano Ubú será vuestro mártir en este porvenir de una ilusión que se ha forjado, el pepito grillo de la prepotencia insulsa de los pinochos clonados, el chivo expiatorio de la obra teatral representada; a ver si despertáis de una vez, solo hay un guión universal válido para la ciudadanía, siempre el mismo (- sé que Boadella lo sabe - ), la lucha contra la opresión de los aprovechados oportunistas, que busca la liberación de la mayoría cautiva y sometida, del juego del poder detentado y ejercido en el propio interés de los opresores.
Para lo que no se necesita debatir, ni discutir sobre la ideología oportuna, es tan sencillo de comprender, que solo con buena voluntad y los atributos en su sitio, es suficiente. Las ideologías son como la niebla, impiden la acción política, sirviendo a los intereses de aquellos que siguen ejerciendo el poder a su voluntad, contra todos los demás.
¡Qué mal remedio lleva la cosa!. La honestidad se construye durante toda la vida para perderla en un solo día, en una acción inaceptable, y vosotros habéis tenido muchas, como para pensar que ha sido por inexperiencia o circunstanciales. Hay una voluntad manifiesta en no reconocer la realidad, que permite deducir una intención política e interesada tras ella.
Al final, todo demuestra lo dicho tantas veces por todos los que han tenido el valor de enfrentarse con vosotros: estáis deslegitimados para representar el proyecto Ciutadans, por lo que os habéis quedado sin él, disfrazarlo con vuestras artes, pero el genuino proyecto Ciutadans, el espíritu del Tívoli, se queda bajo custodia del Ciudadano Ubú y la corriente zanahoria, hasta que se demuestre que este partido alcanza la condición ética suficiente como para poder representarlo.
Espabilaos, porque no solo los manifiestos, las reuniones, los concilios, los cónclaves, y ni siquiera las urnas, o la intervención del mismo Dios, pueden devolveros el espíritu del Tívoli, la fuerza que necesitamos para seguir adelante, la unión con el proyecto y no con los atribulados aprendices de cacique.
No, no, no, solo el cumplimiento de la proclama del Ciudadano Ubú y la corriente zanahoria, bajo los auspicios de nuestro admirado chamán, Albert Boadella, nos pueden hacer Ciudadanos de nuevo. Ahora ya no se sabe ni lo que somos. ¡Qué pena!
Hala pequeños, a dar la talla, que habéis tenido mucho tiempo y lo habéis desaprovechado inútilmente. Lo que nos jugamos a finales de junio no es ganar un congreso para implantar una regeneración democrática, sino simplemente, ser Ciutadans otra vez.
Hasta entonces conservaremos el laico grial entre unos cuantos cruzados que seguimos creyendo en nosotros mismos y en el genuino Ciutadans, (no en el bodrio que habéis hecho con nuestro partido para vuestro exclusivo interés), y en lo que hemos venido a hacer en la política de este país, para que realmente cambien las cosas para todos, para que lo hagan para bien.
Sencillamente, solo tenemos que aplicar nuestro ideario, y hacerlo bien, respetando la democracia , la justicia, y la libertad, pensando en los demás, antes que en nosotros mismos.
Por eso nuestra acción será siempre anónima, para que nadie pueda decir que lo hicimos con otro interés que el de hacer lo mejor por nuestro partido. Contra toda vuestra necesidad de presencia personal, nuestro estricto anonimato.
Nadie sabrá nunca quien es Ciudadano Ubú, porque en realidad, lo dije en otra ocasión, está hecho de un poquito de cada uno de todos nosotros, yo solo soy su portavoz.
¡Adelante Ciudadanos!
Ciudadano Ubú,
uno más de la corriente zanahoria
Presidente Albert Rivera,
Secretario General Antonio Robles,
Secretario de Organización Miguel Salmerón,
Diputado José Domingo,
Miembros del Consejo Ejecutivo destituido por el CG, (decisión avalada por CdeG), que siguen aún en/al servicio.
Miembros del Consejo General que han mostrado la incapacidad de representar los derechos de sus representados de forma adecuada, sin haber sabido ejercer la autoridad que representan, y mostrando que no reúnen colectivamente las condiciones para cumplir la función que les fue encomendada.
Dilectos miembros del Comité de Garantías, atiborrados de denuncias y demandas, que no dirimen en los asuntos cuestionados desde una supuesta huelga de celo o una irresponsabilidad complaciente con el devenir de los acontecimientos.
Excelsos e incólumes miembros del Consejo de Internet, que contribuyen como pueden a censurar la libertad en los foros internos del partido, con baneos preventivos, con moderadores anónimos, con la inestimable ayuda de la administradora y el webmaster,
Coordinadores de federaciones, agrupaciones, sectoriales, y de actividades diversas, folclóricas y mercantiles.
Precursores intelectuales de Ciutadans, 14-4 = 10 a fecha actual. Vosotros mismos.
Excluyo explícitamente de esta relación y elenco, a una sola persona que ha participado en la creación de Ciutadans: mi admirado Albert Boadella (el único títere con cabeza). Sé que tiene otras razones más importantes que le impiden pasar a la acción como sería de esperar; pero anunciamos que solo ante él nos plegaremos, Ciudadano Ubú y los miembros de la corriente zanahoria.
Alguien tiene que decir lo que voy a manifestar a continuación: todos sois responsables de lo que ha ocurrido en nuestro partido, Ciutadans, de lo bueno, que fue al principio, y de lo malo, que es ahora. Os habéis cargado las reglas del juego democrático y justo.
Las causas y motivos de cada uno para haber participado en el desastre, son variadas, e inherentes a las circunstancias propias de los actores, del escenario y de la obra representada.
Las consecuencias son las que todos conocemos, un partido político destrozado que trata de regenerarse con adhesiones y adherencias, que llegan tarde y mal, y además no sirven para nada, salvo que se extirpe el cáncer de nimiedad y pragmatismo torpe que padecemos.
Los militantes de este partido, las bases, los afiliados, poca participación hemos tenido en la debacle, porque realmente nadie ha permitido que se reconociera públicamente la dirección errónea que tomaba el barco ciudadano hace meses, cuando se decidió restringir la expansión de Ciutadans, para crear la masa de poder próximo suficiente que permitiera seguir dominando el proyecto desde Cataluña, y por que no decirlo, para Cataluña.
La lucha prioritaria contra la opresión nacionalista nos ha vaciado de contenido, además de haber resultado absolutamente ineficaz e imperceptible en la sociedad.
Deslumbrados nuestros dirigentes y sus asesores áulicos ante la torre de la inmersión lingüística y la exclusión civil que se vive en Cataluña, no se han percatado de que los arietes necesitan ser empujados por alguien. No han caído en la cuenta de que el nacionalismo es únicamente otra de las caras de la opresión política que se vive en España.
Esa decisión se ha ejercido precisamente contra la del congreso constituyente de Bellaterra, que había votado la expansión del proyecto Ciutadans por todo el país; solo por eso, los responsables ya tendrían que haber dimitido hace tiempo, los activos y los pasivos, porque algún padre fundador tiene mucha responsabilidad en este desastre, por defender precisamente sus intereses personales, ante el silencio de los demás.
El pobre Ciudadano Ubú será vuestro mártir en este porvenir de una ilusión que se ha forjado, el pepito grillo de la prepotencia insulsa de los pinochos clonados, el chivo expiatorio de la obra teatral representada; a ver si despertáis de una vez, solo hay un guión universal válido para la ciudadanía, siempre el mismo (- sé que Boadella lo sabe - ), la lucha contra la opresión de los aprovechados oportunistas, que busca la liberación de la mayoría cautiva y sometida, del juego del poder detentado y ejercido en el propio interés de los opresores.
Para lo que no se necesita debatir, ni discutir sobre la ideología oportuna, es tan sencillo de comprender, que solo con buena voluntad y los atributos en su sitio, es suficiente. Las ideologías son como la niebla, impiden la acción política, sirviendo a los intereses de aquellos que siguen ejerciendo el poder a su voluntad, contra todos los demás.
¡Qué mal remedio lleva la cosa!. La honestidad se construye durante toda la vida para perderla en un solo día, en una acción inaceptable, y vosotros habéis tenido muchas, como para pensar que ha sido por inexperiencia o circunstanciales. Hay una voluntad manifiesta en no reconocer la realidad, que permite deducir una intención política e interesada tras ella.
Al final, todo demuestra lo dicho tantas veces por todos los que han tenido el valor de enfrentarse con vosotros: estáis deslegitimados para representar el proyecto Ciutadans, por lo que os habéis quedado sin él, disfrazarlo con vuestras artes, pero el genuino proyecto Ciutadans, el espíritu del Tívoli, se queda bajo custodia del Ciudadano Ubú y la corriente zanahoria, hasta que se demuestre que este partido alcanza la condición ética suficiente como para poder representarlo.
Espabilaos, porque no solo los manifiestos, las reuniones, los concilios, los cónclaves, y ni siquiera las urnas, o la intervención del mismo Dios, pueden devolveros el espíritu del Tívoli, la fuerza que necesitamos para seguir adelante, la unión con el proyecto y no con los atribulados aprendices de cacique.
No, no, no, solo el cumplimiento de la proclama del Ciudadano Ubú y la corriente zanahoria, bajo los auspicios de nuestro admirado chamán, Albert Boadella, nos pueden hacer Ciudadanos de nuevo. Ahora ya no se sabe ni lo que somos. ¡Qué pena!
Hala pequeños, a dar la talla, que habéis tenido mucho tiempo y lo habéis desaprovechado inútilmente. Lo que nos jugamos a finales de junio no es ganar un congreso para implantar una regeneración democrática, sino simplemente, ser Ciutadans otra vez.
Hasta entonces conservaremos el laico grial entre unos cuantos cruzados que seguimos creyendo en nosotros mismos y en el genuino Ciutadans, (no en el bodrio que habéis hecho con nuestro partido para vuestro exclusivo interés), y en lo que hemos venido a hacer en la política de este país, para que realmente cambien las cosas para todos, para que lo hagan para bien.
Sencillamente, solo tenemos que aplicar nuestro ideario, y hacerlo bien, respetando la democracia , la justicia, y la libertad, pensando en los demás, antes que en nosotros mismos.
Por eso nuestra acción será siempre anónima, para que nadie pueda decir que lo hicimos con otro interés que el de hacer lo mejor por nuestro partido. Contra toda vuestra necesidad de presencia personal, nuestro estricto anonimato.
Nadie sabrá nunca quien es Ciudadano Ubú, porque en realidad, lo dije en otra ocasión, está hecho de un poquito de cada uno de todos nosotros, yo solo soy su portavoz.
¡Adelante Ciudadanos!
Ciudadano Ubú,
uno más de la corriente zanahoria