miércoles, 20 de junio de 2007

Gigolismo Ciudadano

Ya va siendo hora de que nos preguntemos acerca de cuáles son los propósitos de Rivera al presentarse a la reelección. Cualquier persona con un poco de tacto, en su situación, y ante el absoluto caos al que ha sumido el partido, no se presentaría. ¿Qué ha hecho Ciudadanos en el último año, y especialmente desde las elecciones autonómicas? La respuesta es sencilla, Ciudadanos no ha hecho nada... aparentemente. Pero en realidad el partido sí que ha hecho "algo": se ha dedicado a colocar a la gente de Rivera en los puestos clave para poder utilizarla cuando llegara el momento, y ese momento tendrá lugar dentro de 10 días.

Porque si nos ponemos a elucubrar sobre lo que Rivera tiene en la cabeza, rápidamente se llega a algunas conclusiones:

Es lógico que se presente a la reelección, pues a eso ha dedicado todos los esfuerzos de nuestra organización. Tiene las estructuras del partido controladas. Y, como se podía prever, algunas agrupaciones no están informando a todos sus afiliados para la elección de los delegados al Congreso, sino sólo a los riveristas. De hecho, Rivera ha ido explorando todos los límites, abundando en todas las posibles ilegalidades, apartando, excluyendo, expulsando a sus críticos, llevando al partido a una situación de difícil retorno. Pero, al contrario de lo que piensan muchos, que todo esto se da debido a la inexperiencia, en el fondo es una estrategia bien organizada. Pues Rivera, y todos los cargos que ha ido colocando a dedo, saben que si gana el Congreso, la mitad del partido se irá al día siguiente, que es precisamente lo que buscan: quedarse con un poder autoritario y absolutista en un partido político que ya tiene un espacio en la sociedad, varios diputados, y que es una máquina de hacer dinero.

Para que hayamos podido llegar a estos extremos, hay que tener en cuenta los tres tipos de afiliados que tiene nuestro partido:

-Muchos afiliados se conforman con participar en un partido de corte no nacionalista, aportando la cuota, y no se enteran de nada más. Estos son la mayoría.

-Muchos afiliados confían y siguen ciegamente a su líder. Necesitan a alguien con quien identificarse, y son capaces de prestarle su apoyo incondicional, y para lo que sea. De estos, desgraciadamente, también tenemos muchos. ¿Si Adolfo Hitler, Joseph Stalin o José Luís Rodríguez Zapatero han tenido, y tienen, sus seguidores, por qué no los habría de tener Albert Rivera, y más en esta tierra, Cataluña, donde no se conoce un político decente desde hace lustros? Aquí, más que en ningún otro lugar, la gente está acostumbrada a que la representen impresentables, sectarios, mafiosos y ladrones. Y eso, en Ciudadanos, también se nota.

-En tercer lugar, estamos los afiliados que deseamos luchar contra el nacionalismo excluyente, que pensamos que Rivera ha secuestrado el proyecto, y que estamos plantando batalla hasta el último día. Lamentablemente, la estrategia riverista hace tiempo que viene dando sus frutos, y muchos ya se han ido. Los que quedamos, plantaremos la batalla hasta el final. Si llevamos tantos años luchando contra la dictadura del nacionalismo, nadie nos va a impedir que luchemos contra esa misma dictadura en el seno del que (todavía) es nuestro partido.

El día 2 de julio, tras un Congreso amañado, al que muchos ciudadanos decentes, excluidos, o desinformados, ni siquiera podrán asistir, pero al que sí que acudirán hordas de Delegados únicamente para votar a su líder, si Rivera gana, la inmensa mayoría nos iremos, y Cataluña y España habrán perdido una oportunidad única. Y la foto de Rivera, en pelotas, la colocaremos al lado de la de Pujol, Maragall o Montilla.

Es la era del espectáculo y la apariencia, en que se valora más el materialismo de lo corporal que lo esencial del humanismo. ¿Somos cuerpos o somos seres humanos? El mercado de los cuerpos sin alma. La trampa de presentar lo desnudo como imagen de transparencia, para terminar vendiendo el espíritu de ciudadanos al mismo diablo del socio-nacionalismo existente en Cataluña. Es el aprovechamiento de una idea de pureza para entregar la cabeza de nuestros hijos a la asimilación nacionalista, y que la cultura sectaria les acabe decapitando en su libertad de pensamiento y lenguaje.

Ciudadano Ubú
Uno más de la corriente zanahoria