jueves, 31 de mayo de 2007

El arte de mentir sin rubor alguno

Si por algo se ha caracterizado la trayectoria de nuestros máximos dirigentes hasta la fecha, es por su escasa presencia en los medios públicos, por no haber sabido transmitir el mensaje de nuestro partido, por haber buscado su propio interés en la organización de las candidaturas municipales, por haber armado un lío descomunal con sus conflictos personales, y por mentir con solemnidad.

Ante esta acumulación de méritos, no es extraño que el partido ciutadans vaya a la deriva por el océano inhóspito de la política española. No es que un partido moderno se reconozca exclusivamente en el carisma de sus liderazgos, pero siempre ayuda que alguien defienda de forma óptima las opciones políticas que representa.

Si bien a Albert Rivera ha de reconocérsele sus dotes para la retórica, en el caso de Antonio Robles se puede considerar que escribe mejor que habla. Pero ninguno de los dos resulta fascinante. En el caso del presidente porque se lo cree demasiado, en el del secretario porque se lo cree demasiado poco. Sin embargo, los errores se podrían disculpar si realmente fueran debidos a la falta de experiencia, pero lo que no se puede aceptar de ninguna manera, es que se les haya subido el cargo a la cabeza.

En el caso de Albert Rivera, durante el proceso electoral del 1-N, destacó por su mensaje, su discurso, y su forma de hacer; a las pocas semanas se abrió la tierra bajo sus pies con la noticia de su afiliación al PP, que nunca quedó esclarecida. Más recientemente, se ha manifestado su falta de recursos al negar que había una crisis en el partido, e incluso desconocer al coordinador de la federación resto de España, con el que ha coincidido en numerosas ocasiones en público, con fotos y videos, que así lo atestiguan.

En lo referente a Antonio Robles, en varias ocasiones ha manifestado que iba a dimitir como secretario general ante el consejo general, negándose posteriormente por cuestiones estatutarias a las que se ha aferrado, también ha escrito una carta a Albert Rivera que ha sido publicada en este blog, presentando su dimisión para el día posterior a las elecciones, negándolo previa y posteriormente, por unos motivos o por otros.

Realmente nuestros máximos dirigentes mienten sin cortesía alguna hacia sus compañeros, pero también lo hacen a los electores que les han votado. La mentira en política es un arma peligrosa. Los periodistas siempre podrán recordarles que faltaron a la verdad, que es mucho peor que equivocarse.

Esta es una razón más para el cambio de cartel durante el próximo congreso del partido, si realmente queremos el partido de la regeneración democrática, la limpieza en el juego político y la transparencia, lo primero que debemos hacer es erradicar a los que no saben, no pueden, o no quieren, decir la verdad, y mienten para seguir manteniéndose en las posiciones privilegiadas que detentan a cualquier precio.

El genial Oscar Wilde, lo dejó determinado en una de sus lapidarias frases: el cínico es aquel hombre que sabe el precio de todas las cosas e ignora el valor de una sola.

Creo que Ciutadans se merece mejores representantes, si no saben o no quieren decir la verdad, por lo menos que sean capaces de mentir sin que se les note demasiado. No es bueno que un representante político mienta, pero aún es mucho peor, que cada vez que mienta lo haga tan mal.

El número dos de Ciutadans rechaza ahora dimitir pese haber anunciado su marcha hace menos de un mes (El Confidencial)

Rivera niega la existencia de crisis en Ciutadans (La Vanguardia)

Rivera (C's) asegura que las dimisiones en Madrid no tienen que ver con él y dice que la polémica les favorece (Terra.es)

Robles niega haber dimitido y atribuye esa información a la "voluntad" de alguien de "desestabilizar" el partido (Libertad Digital)