sábado, 9 de mayo de 2009

Los casi 300 contra Rivera

En primer lugar, lo dejaré claro desde el comienzo, estoy disfrutando con la descomposición del partidito de Rivera, viendo como se rasgan las vestiduras el resto de lo que quedó, que no fue mucho, tras el II Congreso de Ciudadanos, el de la despedida de la mitad del partido, al traicionar de forma artera, los que hoy hablan de valores y principios el Ideario Original del Partido –gracias al meritorio trabajo de Fraçesc de Carreras, pero también al desafecto de Arcadi Espada y Albert Boadella-, para convertirlo en el partido no nacionalista de centro-izquierda catalán, que deseaban Antonio Robles y José Domingo y quienes les apoyaban.

De aquellos polvos estos engendros. Los que eligieron a Rivera por qué no querían la convergencia progresiva con UPyD que proponía la mitad no sectaria del partido, representada por la candidatura encabezada por Don Luis Bouza-Brey, hoy son los casi 300 –no hay muchos más en Ciudadanos- que tras la estela de ese Mesías no reconocido públicamente, Antonio Robles, han presentado un manifiesto solicitando la dimisión de Rivera, la de la ejecutiva, y la convocatoria de una Asamblea General, para revocar la coalición con Libertas, que democráticamente salió adelante con el apoyo del Consejo General del partido. La iniciativa ha partido de Carmen Leal, que se ha erigido en Leonidas de estas Termópilas, ante la invasión de los persas de Libertas, con su riqueza en diversidades.

Ahora que se s ha abierto el agujero de la desaparición de sus sueños, se manifiestan, ahora, que ya es demasiado tarde. ¿No es acaso este acto un asalto a los cuarteles de invierno, un último dislate de los enmascarados que no saben respetar la democracia cuando ésta no está de su parte?. Emulan al PNV en su fe no nacionalista de centro-izquierda catalana. Ellos que contribuyeron a endiosar a Rivera en un congreso democrático, hoy no asumen su responsabilidad, en esa esquizofrenia galopante e inoperante que les caracteriza.

Desde la legitimidad que me concede haberme enfrentado con Rivera, más que nadie, romperé una lanza por su artimaña, en esta ocasión, el niño ha actuado democráticamente y el partido le ha apoyado en su coalición con Libertas, por medio de su órgano de representación democrática que es el Consejo General. Todo lo demás es pataleo histérico y meritoria representación ante su próximo desembarco en UPyD. Al final se han encontrado con el espejo de todas sus miserias, que les ha dejado fuera de juego en una hábil jugada política, a ellos, precisamente, que apoyaron a Rivera, traicionando el Espíritu del Tívoli, para conseguir sus objetivos personales, para hacerlo a la medida de su sectarismo. Bien empleado les está, me alegro de su desventura, por qué han hecho todos los méritos con sus insidias para lograrla. Justo final, Roma no paga a traidores.

Hace unos días, el grupo de Madrid –38 militantes-, con su coordinador Landecho a la cabeza, que urdió lo que no está escrito contra sus compañeros, para hacerse con la jefatura capitalina, también han abandonado el partido. Me imagino lo que se estarán riendo en la intimidad, Juanjo Areta y Juan Francisco de la Torre, y todos los demás compañeros que se fueron en Madrid, con lo que está ocurriendo.

Recientemente, los chicos de Ciudadanos en la Red me han hecho una entrevista, en la que exponía que la operación Libertas supone de forma inmediata el harakiri de Ciudadanos, que hace tiempo se convirtió en el partido riverista, una falange de los intereses económicos, que venderá su alma al mejor postor. Y eso es lo que ha ocurrido. Triste, no, “Dejá vu”. No se puede decir la inteligencia haya brillado en este partido a lo largo de la historia, pero si alguien lo ha utilizado con provecho para su persona y ha obtenido beneficios de su asociación, sin duda ha sido, Rivera. Este pequeño Napoleón, como un día le bauticé, sobrevivirá a Ciudadanos, y ha mostrado a la larga ser tan sinvergüenza como avieso, por qué ha engañado a la inmensa mayoría con ese estilo decadente, andrógino, indefinido e indeterminado del no nacionalismo que tanto furor hace en nuestra Cataluña, y que permite los avances del nacionalismo más estridente, sin oposición, con apenas esfuerzo.

Ciudadanos es hoy el recuerdo de un gatillazo, de una experiencia sexual frustrada, por qué los creyentes de la izquierda tuvieron miedo a que los liberales les contagiaran de libertad, capitalismo, e individualismo. Y los liberales, hace tiempo que decidieron no acostarse con los que no tienen clara su identidad política, que siguen acunando su futuro en el sectarismo. De la mala experiencia, nació un retoño con enormes malformaciones que no ha podido sobrevivir, y al que los intelectuales promotores, reconocieron sin demasiada esperanza, como hijo putativo.

Pero la vida sigue, los incapaces continúan demostrando su incapacidad, lo que no obsta para que se crean en posesión de la única verdad, la suya. Y los supervivientes siguen sobreviviendo, se adaptan y lo mismo se ofrecen como lazarillos, que como mahdis. Rivera no es, ni será un buen político, se le nota demasiado la carencia de valores y principios, pero a sus actuales detractores se les nota también demasiado el marxismo que no fue, fosilizado en sus sienes. Estos muchachos del centro-izquierda no nacionalista catalán, han perdido otra penúltima batalla, y no se dan cuenta de que son zombis, esperando que un alma caritativa y misericordiosa les muestre el camino del cenotafio que les aguarda.

Sin embargo, concluida la historia de Ciudadanos, se sigue apreciando que este país necesita un partido que defienda los intereses de los ciudadanos, pero que no se haya consagrado a la reparación de lo existente, sino a la creación de un nuevo escenario político, en el que los ciudadanos sigan siendo respetados en su soberanía, y no masacrados como carne de subsidio y la obediencia debida, como esclavos sometidos a la opresión de sus amos privilegiados. Quizás para comenzar algo, hay que terminar primero con los errores cometidos.

Una apostilla, con agrado he observado que algunos esquilmados militantes del partido de Rosa Díez, como los chicos de La Verdad de la Política, han tomado la iniciativa de desenmascarar la UPyD, ese fenómeno político que se vende como novedoso, y es en realidad una continuación del PSOE de Felipe González, que unos nostálgicos de la izquierda, en su romanticismo crematístico, han convertido en segunda marca del PSOE para arrebatar votos al Partido Popular. Ellos se autodenominan los berengenos, y en nombre de los zanahorios les doy la bienvenida a la ardua tarea del desenmascaramiento de los hipócritas que campean por la arena política española.

Hasta Albert Boadella ha apoyado lo que dice Rosa Díez, sorprendentemente, pero nos consta que jamás apoyaría lo que realmente se hace en su partido, en el que la democracia y el respeto por la libertad brillan por su inexistencia.

Ciudadano Ubú no acudirá a votar en las próximas Elecciones Europeas, no tendría por quien hacerlo, por qué lo que une a todos los partidos que se presentan es tanto como lo que les separa de los intereses de los ciudadanos que han de elegirlos. En esas condiciones, lo mejor es quedarse en casa, contemplando el espectáculo, ver como se disputan el futuro estos teatrales gladiadores de goma espuma que se juegan su supervivencia económica en la partida.

Ciudadano Ubú, uno más de la corriente zanahoria.