sábado, 19 de mayo de 2007

Ciudadano Hostelero

En los próximos comicios municipales la ciudad de Salamanca contará con una nueva candidatura. El Partido de la Ciudadanía, o, simplemente, Ciudadanos, tras conseguir entrar en el Parlamento Catalán tras las últimas elecciones celebradas en esa comunidad autónoma, ha decidido ensayar su expansión al resto de España. Y una de las experiencias piloto, junto con la capital alicantina, tiene por objeto a nuestra ciudad.

Ciudadanos surgió en Cataluña impulsado por un grupo de intelectuales para hacer frente a la “hegemonía ideológica nacionalista” que, paulatinamente, se fue instalando allí desde el advenimiento de la democracia. Ciutadans antepuso el concepto liberal de nación, fundamentado en el pacto social o constitucional de ciudadanos libres, frente al romanticista, fundamentado en afinidades histórico-culturales-étnicas, propio de los nacionalismos que surgieron en toda Europa durante la segunda mitad del siglo XIX y del que el catalán era un ejemplo más (con todos los matices que se quieran añadir).

Independientemente de que tuvieran o no razón en muchas de sus críticas, que en algunos casos fueron acusadas de demagógicas, la obtención de tres actas de diputados por este partido demuestra que en Cataluña existía un espacio político, un grupo de ciudadanos que no se sentía representado por los partidos hasta entonces existentes.

Todo ello en medio del apoyo del sectores de la (ultra) derecha mediática, que veían la oportunidad de herir en su flanco español a los socialistas catalanes, con un partido que se presentaba como “liberal y socialdemócrata” y que hacía llamamientos a los votantes desencantados del PSC de Maragall. No en vano, antes de volverse “liberal”, Jiménez Losantos ya intentó en los 80 impulsar el Partido Socialista de Andalucía en Cataluña, por lo que para el “popular” locutor radiofónico la llegada de Ciudadanos supuso un “revival” de aquella batalla perdida.

Tras el éxito obtenido los dirigentes de Ciutadans no tardarían en plantearse la ampliación del "negocio". Se trataba de exportar el partido al resto de España y las municipales de 2007 eran una oportunidad que no se podía desperdiciar. Sin embargo, la proximidad de las fechas y, previsiblemente, el miedo a que en sus listas se colasen elementos indeseables, oportunistas varios, empresarios corruptos, extremistas, etc., se apostó por la contención y la presentación de las dos únicas candidaturas citadas...¡y vaya selección que hicieron!.

Para readaptar el partido a la realidad española, la “hegemonía nacionalista” fue sustituida por la “división política y la crispación” en el puesto de primer enemigo. Los nuevos Ciudadanos se presentarían como adalides de la regeneración política, frente a “políticos profesionales” que han perdido la perspectiva de los problemas de los ciudadanos. Pretenden ocupar un espacio político, el del “centro”, que en otros países como Reino Unido, Francia o Italia cuenta con un importante respaldo. Anhelan defender tanto un liberalismo económico radical como un aperturismo en cuestiones sociales.

Podría hacer ahora un artículo preguntándome cómo pueden presentarse como una alternativa a la crispación y, a la vez, utilizar una demagogia crispante contra los partidos políticos existentes, una forma de discurso antisistema, iluminado, que en nada tiene que envidiar al de los grupos más extremistas. También me resulta alarmante que presenten como problema la división existente entre los políticos, haciendo una apelación a la unidad de todos, que, si bien es una concepción bastante extendida entre la población española, no es menos cierto que ese sentimiento esconde una añoranza del franquismo, una herencia que pesa mucho todavía sobre nuestra cultura democrática ¡Cuánta (in)cultura autoritaria hay tras la frase "todos los políticos sois iguales"!

También podría preocuparme el hecho de que en su programa dicen que apoyarán a la lista ganadora para luego votar sus proyectos uno a uno. Esto, en Salamanca, significa que los concejales que, yo espero que no, obtenga este partido, servirán para que Lanzarote siga siendo alcalde. Está bien que expresen sus principios. Pero los ciudadanos deben saber que si no quieren que Lanzarote sea alcalde la alternativa no es este partido.

No es de todo eso de lo que voy a hablar, aunque podría. Mis reflexiones se centran en el candidato a alcalde que esta formación presenta para “salvarnos” a todos de los políticos profesionales, para “llevar los problemas y preocupaciones de la ciudadanía” al consistorio, para defender la "libertad de empresa" y a los consumidores, en definitiva, para representar su propuesta de cambio que "regenere" la vida social y política salmantina.

Y el elegido es un viejo conocido (por desgracia) mío y de muchos: José Ramón Alonso, ex-Presidente de la Asociación de Hostelería de Salamanca. Como bien se preguntaba un salmantino en uno de los foros de La Voz de Salamanca ¿Dónde ha estado el candidato de Ciudadanos de Salamanca durante todos estos años en los que los vecinos de Buenos Aires protestaban por unas condiciones de vida digna en su barrio? ¿Qué hacía cuando el alcalde de Salamanca, Julián Lanzarote, destruía el Depósito de Aguas, difamaba a los responsables de la Casa Lis con mensajes anónimos pagados por todos, perdía sentencias millonarias (pagadas de nuestro bolsillo)? ¿Cuál era su tarea cuando los ciudadanos de Salamanca (los de verdad, los que no necesitan siglas) nos manifestábamos contra la construcción de un aparcamiento en la Plaza de los Bandos? ¿O cuando salíamos en bicicleta para reivindicar un nuevo modelo de transporte?... En definitiva ¿Con qué ciudadanos estaba este sujeto hace no tanto tiempo?

Ahora me voy a dedicar a explicar qué hacía José Ramón Alonso durante todo este tiempo. Durante estos cuatro años en los que Salamanca se ha enfrentado a un alcalde, Julián Lanzarote, que estaba pidiendo a gritos ser “regenerado” por los ciudadanos.

José Ramón Alonso es conocido en Salamanca por ser hostelero, siendo dueño del popular "El Puerto de Chús” y de otros locales de la ciudad. Una profesión digna como cualquier otra. Pero Joserra no ha sido un hostelero nocturno cualquiera. Es decir, no se ha conformado con los precios abusivos, la bebida de "garrafón", o los contratos basura. Ha sido Presidente de la Asociación de Hostelería de Salamanca, una agrupación de empresarios que podríamos calificar como la SGAE salmantina, por su afán de control del mercado y de eliminación y persecución de la competencia, todo ello teniendo al poder político de su lado (el del alcalde Julián Lanzarote al que los ciudadanos combatímos).

Durante estos cuatro años, cuando otros empresarios o ciudadanos ajenos a su asociación querían realizar actividades o emprender negocios que ellos consideraban perjudiciales no aceptaban la competencia: se dedicaban a boicotear y perseguir, con el apoyo del Ayuntamiento, hasta que sus “competidores” desapareciesen. Daba igual que se tratase de pequeños empresarios, estudiantes o asociaciones culturales o de enfermos del cáncer. ¡Ahí estaban estos sicilianos, con su Presidente José Ramón al frente, y con Lanzarote en la retaguardia para hacer cumplir sus planes!

Eso sin contar con el afán que estos locales de la Asociación de Hostelería tienen por contratar porteros entre los inmigrantes ilegales sin contrato. Los ciudadanos han sufrido sus palizas, y en alguna ocasión, sus disparos, con el resultado de muerte (todo ello a la puerta de unos locales, cuyos dueños se desentendían).
¿Acusaciones gratuitas? Ahora procedo a detallar algunas de las maniobras que la Asociación de Hosteleros, presidida por nuestro "salvador", ha realizado durante los últimos años.

Octubre 2003, Pelabravo. José Ramón Alonso llama personalmente al dueño de una finca en Pelabravo en la que los estudiantes de sexto de medicina de ese año tenían contratada una verbena. El Candidato de Ciudadanos amenazó con demandas al propietario si no cancelaba la fiesta. La llamada y la cancelación de la fiesta se produjeron 24 horas antes del evento, cuando todos los gastos estaban ya realizados.
Septiembre 2004. Fiestas de la ciudad de Salamanca: los locales nocturnos de la Asociación de Hosteleros reciben la exclusiva del Ayuntamiento para montar casetas por toda la ciudad, ante la protesta, desoída, de los bares “de tapeo” que no recibieron tal oferta.

A los representantes de los hosteleros nocturnos no les pareció entonces
“competencia desleal” dejar las copas y el licor por unos días para ofrecer “cañas y pinchos” en plena calle. La experiencia se ha repetido dos años después. Y en esta ocasión los hosteleros pidieron más y el ayuntamiento concedió

Septiembre y Octubre 2004, Fiestas de Medicina. Difícil sería relatar aquí todo lo que ocurrió en este periodo, pero lo intentaré: los estudiantes de medicina nos disponíamos a realizar una fiesta en el Multiusos Sánchez Paraíso, que es de propiedad pública. Los hosteleros alquilaron el multiusos en exclusividad para todo el año, impidiendo a otros ciudadanos o empresarios realizar eventos allí los jueves, viernes y sábados. Lo curioso de todo esto es que la Asociación de Hostelería no pagó un euro por este alquiler.

Resulta que el Multiusos está gestionado por una empresa gallega vinculada al Partido Popular y la concesión fue hecha por el Ayuntamiento de Salamanca. Posteriormente nos pusimos en conctacto con el Hotel Doña Brígida y, delante de nosotros, el gerente recibe una llamada del propio José Ramón Alonso en la que le pide que no llegue a un acuerdo con nosotros. Naturalmente, todos los medios de comunicación y periódicos de la ciudad se ponen de parte de la asociación de hostelería (el director de La Gaceta de Salamanca mantenía línea directa con José Ramón Alonso, para informarle en tiempo real de nuestros movimientos).

En una reunión celebrada posteriormente con miembros de la Delegación de Alumnos de Medicina, los hosteleros amenazan con enviar matones a los responsables de la comisión de fiestas de la facultad. Dos años después la Asociación de Hosteleros consigue otra vez sus propósitos

Noviembre de 2004, Plaza de San Justo: Los estudiantes organizan sus fiestas en otros locales, en las calles de San Justo y Varillas. Tras las fiestas de ciencias el Ayuntamiento les multa con cierre de seis meses por "permitir salida de bebidas a la calle". Ningún local perteneciente a la Asociación de José Ramón Alonso fue clausurado, a pesar de que también abrieron sus puertas durante esa jornada. No será la última vez que cierren un local que no es de la asociación.

Enero de 2006: Las Fiestas de Derecho, organizadas por el Codex, comité de fiestas vinculado al Partido Popular, cuentan con el respaldo del Ayuntamiento de Salamanca y de la Asociación de Hosteleros. En la Plaza se organiza un mitin en el que se exige "la verdad" sobre el 11 M y se acusa a Zapatero de "romper España". La situación se repite al año siguiente.
Diciembre de 2006 Nochevieja universitaria: Nuevamente los miembros de la Asociación de Hosteleros reciben favores del Ayuntamiento para uno de sus negocios. Esta vez les permite un botellón en la Plaza Mayor, con el resultado que cabía esperar y promociona el evento con el dinero de todos.

El sucesor de José Ramón Alonso al frente de la asociación de hosteleros es David Prieto, dueño del Tintín, entre otros y exconcejal del Partido Popular en Salamanca. David Prieto perteneció al núcleo dirigente de la Asociación de Hosteleros durante los escándalos arriba mencionados.

Que cada cual saque sus propias conclusiones. En mi opinión no podían haber elegido peor candidato. Me apena profundamente el que piense que estos Ciudadanos, con esa cabeza al frente, van a regenerar algo en esta ciudad. A re-generar beneficios en todo caso.

José A. Andrés

La Voz de Salamanca y Comentarios