martes, 8 de mayo de 2007

River City: ¿ciudad sin ley?


Esas cosas que ocurren, como lo de los mossos atizando a un ciudadano, o el energúmeno del PNV dejando a Antonio Aguirre para el arrastre, forman parte de la nueva escenografía social. Hace años solo se veían en los Estados Unidos, cuando los polis pillaban a un negro robando coches, pero Cataluña avanza y ya se parece en lo peor a las democracias más pujantes.

Este partido de Ciudadanos lo tiene crudo, con el pequeño adonis que le ha salido por presidente, al que no le importa recortar la libertad, saltarse los estatutos o exigir la renuncia del secretario Robles. Esa es la nueva ley de River City, la ley del más fuerte, que por ahora es “el niño”, Billy el niño.

En esa mitología particular de héroes aburridos, el que rompe las reglas se convierte en el preferido de las multitudes. Pero los disparos en el salón no son suficientemente modernos, se necesita romper la inercia con estallidos de imaginación. Todo nuevo, lo más novedoso, como si lo viejo ya no sirviera, y hubiera que despreciarlo. El frikismo se impone en su plenitud, los más temerarios en las formas, pero parcos en los contenidos.

Bilingüismo en Cataluña, sí, pero a nuestro estilo ahora sí, ahora no, ahora ya veremos.
Democracia en el partido, sólo la suficiente y siempre bajo control de los amiguetes de Bellaterra. Ciutadans, un proyecto, a todos les interesa que siga siendo sólo un proyecto, a los demás partidos políticos y a la actual dirección del partido, mientras sólo sea un proyecto nadie lo destruirá, así que ahora entramos en la realidad, y ahora nos ocultamos y desaparecemos de escena. Todo según convenga a la estrategia última, quien sabe cual será.

Puede ser una buena idea o no, pero lo que no se puede aceptar bajo ningún concepto es que en este partido se salten los estatutos ni una sola vez, eso es inadmisible y puede llevarnos a los tribunales, ya hay gente recogiendo fondos para acometer tal tarea.

Se echan de menos aquellos gestos de los padres fundadores cuando apoyaban el proyecto, hace tanto tiempo que han desaparecido, que ya casi ni se les recuerda, como tampoco se recuerda el motivo original del asunto este de Ciutadans. Las cosas se olvidan demasiado pronto, sobretodo cuando no interesa recordarlas. Hay numerosos intereses y las ideas no producen beneficios.

Se puede aceptar que Ciutadans se convierta en River City, pero bajo ningún concepto que se convierta en Ciudad sin Ley. Por que si no se respeta en el interior, se buscará fuera. Habrá que llamar al séptimo de caballería o a los apaches para que hagan algo, a toque de corneta o a silbido saetero.

Para que el niño juegue, mejor le regalamos una Wii entre todos los afiliados y un juego de simulación política o del Far-West.

Celedonio Rip