
Esta es una breve historia de lo que lleva ocurriendo desde hace un par de años hasta ahora mismo, ahorraremos comentarios sobre el futuro, pero ya les anticipamos que al final ganarán los buenos, como en las mejores películas del Oeste.
Hortalizas: "Movimiento Ciudadano contra el Poder de los Políticos".
Ustedes sabrán que las hortalizas son prácticamente inclasificables, no presentan una característica común que permita homologarlas y etiquetarlas como clase, si algo nos llama la atención de este grupo de alimentos, muy recomendables para el consumo, ante tanta toxicidad como nos asedia, es su diversidad, su disimilitud, su disparidad estética, lo que realmente las define. No se pueden intercambiar, cada alimento de este grupo tiene sus propiedades diferentes, y si se las hace puré, para homogeneizarlas, pierden sus condiciones nutritivas. Pues así, como las hortalizas, somos los ciudadanos, algo que no acaban de reconocer los políticos, pero acabarán haciéndolo, no les queda otra. Las hortalizas no pueden renunciar a su identidad, ni a su diferencia, requieren un clima de libertad para cultivarse. No hay grandes plantaciones de hortalizas, por qué requieren cuidados individuales para salir adelante; la ingeniería política y los experimentos transgénicos las echan a perder, y dejan de ser aptas para el consumo.
La primera rebelión de las hortalizas, surgió poco antes del II Congreso de Ciudadanos (julio de 2007), aquel en que triunfó Albert Rivera, apoyado por todos los pardillos que hoy piden su cabeza. Fue entonces, cuando un personaje simpático, irónico y estridente entró en escena: el Ciudadano Ubú, (yo, con perdón), al que el niño Rivera llegó a denunciar ante la policía por revelar y rebelar a sus prosélitos, ante lo que estaba ocurriendo. Imagínense ustedes la perplejidad de la autoridad competente, cuando él, que se había quedado en pelota picada para engañar a prójimos, llegó a la comisaría para denunciar a una zanahoria. Ríanse ustedes.
Ciudadano Ubú, era el personaje bien informado que manifestaba lo que estaba pasando en el interior del Partido Ciudadanos, mientras el lorito Rivera hablaba de los paissos catalanes y el no nacionalismo, Antonio Robles urdía a sus espaldas, un pequeño partido socialista embrionario (disfrazado de Izquierda liberal) dentro del partido, mientras José Domingo, “mudito”, se callaba para recoger las nueces. También estaba Françesc de Carreras, el Ibarretxe catalán, autor del epitafio de Ciudadanos.

El activismo político de los disidentes, fue posible gracias a la existencia de internet, y Ciudadano Ubú y la corriente zanahoria fueron la primera manifestación española del fenómeno de resistencia activa y denuncia permanente de las tropelías de los dirigentes dentro de los partidos políticos, contra sus propios militantes, para engañar a sus electores; un enorme forúnculo (grano en el culo de sus intereses) que les picaba más que un rasca de la ONCE. Las persecuciones, las purgas, las mentiras, las intoxicaciones, la propaganda, las acusaciones, y todo lo que fuera necesario para seguir usurpando ocasiones y detentando el poder de forma tiránica y apariencia democrática, eso fue lo que denunció Ciudadano Ubú en su día.
Hoy, se puede comprobar, como aquellas denuncias de Ciudadano Ubú se han confirmado, cuando la máscara del centro-izquierda y el no nacionalismo se le ha caído al Partido Riverista, en este blog se relata la historia oculta de Ciudadanos para los que quieran conocerla. Aquí tienen ustedes, un partido que se fragmentó por la definición exhaustiva -centro-izquierda no nacionalista catalán- que acabó con el ideario original y el Espíritu del Tívoli, pasando a la indefinición ideológica que le permita participar en una coalición inefable como es Libertas y presentar como candidato a las Elecciones Europeas a Miguel Durán, exmilitante del partido de Jordi Pujol, antiguo presidente de la Telecinco berlusconiana y de la Organización Nacional de Ciegos. Y todavía los pardillos se echan las manos a la cabeza, cuando Albert Rivera ha vuelto a hacer lo mismo, pero esta vez con ellos, con los más sectarios que le apoyaron.No somos nada, y todo por qué hay mucha pasta en juego. Rivera, se ha servido de Ciudadanos, una vez más, para incrementar su gloria y miseria.
De Ciudadanos a UPyD pasando por Vladivostok
En la formación de UPyD, se produjo la reunión en la Plataforma Pro de los Ciudadanos que se fueron del partido tras el golpe de estado de Rivera, apoyado por Robles (como se parecen ambos en sus manipulaciones), y otros ciudadanos venidos de Basta Ya –que siempre tomaron la iniciativa del poder-. Desde el comienzo, ya se vieron cosas extrañas en la organización, numerosas y estrambóticas, que si se aplazaba el primer congreso dos años hasta que el partido se fuera configurando, que si todos éramos como una gran familia, que si lo que decían Gorriarán, Pimentel y Fabo iba a misa –en un partido laico-, que si lo de UPyD cat de sí pero no típico de los mareadores de perdices profesionales, que si un señor denunciaba en Madrid al partido por prácticas no democráticas ante el Defensor del Pueblo. Huy, aquí hay tomate.

Los seguidores de Libertad Ciudadanos se autodenominaron los remolachos, y aquí tenemos la segunda entrega de las hortalizas, los remolachos, absolutamente perseguidos por el Comité Central de UPyD, hasta que fueron apartados de escena, pero me han contado, que no definitivamente, más bien al contrario, se están reagrupando para recuperar fuerzas y volver a la carga.
Pero no podríamos concluir esta breve historia del Movimiento Hortalizas sin hacer mención honorífica del blog La Verdad de la Política, la última plataforma de activismo contra UPyD que ha entrado en escena y con una inusitada fuerza, hay que reconocerlo.
En esa plataforma hermana, guiada con acierto por Elcapo y Esveritate, se han hecho denuncias públicas de lo que está ocurriendo en estos momentos en UPyD, que sonrojarían a cualquiera que no fuera un dirigente del partido rosista, por qué la cara de cemento que tienen se lo impide. Los seguidores de la Plataforma La Verdad de la Política se hacen llamar los berenjenos, y están dispuestos a presentar batalla sin interrupción hasta el final, de los usurpadores, o de los tiempos.
Quien lo iba a decir, unos inofensivos vegetales –así consideran los dirigentes de estos partidos miserables a sus seguidores- se han rebelado, para organizar la última revolución, la que expulse de la política a los infames que la usurpan, guisando a su antojo el futuro, en contra de los ciudadanos.
Como una sombra, sí, como una sombra adherida a todas las mezquindades de los detentadores, las hortalizas darán cuenta pública de lo que ocurre en el interior de los partidos políticos, hoy en Ciudadanos y UPyD, mañana en todos los demás. Y llegarán más, hortalizas al huerto, no lo duden. Nos jugamos la libertad y el futuro.

Ciudadano Ubú ha hablado.